domingo, 8 de septiembre de 2013

El miedo, apología y petición.


Llega la noche. Algún ruido de cuyo origen nada sabemos turba nuestro pensamiento hasta que  al fin  ,si se descubre la raíz,  llega  algo de sosiego.  No bajamos la guardia pero vivimos más tranquilos  averiguando a qué  tememos y porqué  lo tememos.  Lo contrario es irracional e inconsciente.
Cuando decía que no tenía miedo la vida era un peligro.  Sin  miedo podríamos caer en cualquier abismo y sin saber a qué es preciso  temer resbalaremos seguro.

 a comenzar y a ternimar
 a saber y a no saber, 
a  no ganar y a vencer
  por  lo  que vemos y por lo que  permanece  sin desvelar



desde  pequeña  me encanta  tener el miedo, no tener miedo  sino   tener al miedo, poseerlo, que es nombrarlo, es entenderlo.
Gracias  a  que al menos yo lo tengo
voy a la compra
limpio azulejos y me salvo la vida;
salgo al escenario, educo a mis hijos, tomo mucha fruta, poco azúcar; bebo agua clara,  escucho, grito y amo;
me miro al espejo, canto
o lucho.
Así podemos  ser valientes.  Tenemos al miedo. Seguimos.

LA petición: pordiós no les digan a los niños que no hay motivos para el miedo. Mejor les enseñamos a detectarlo, desentrañarlo.

Así podemos  ser valientes.  Tenemos al miedo. Seguimos.